Un manómetro es un dispositivo capaz de medir presiones. Una manometría anal consiste medir las presiones, la fuerza que son capaces de realizar los esfínteres anales. Es una prueba ambulante, indolora y muy importante de cara a saber si el funcionamiento de los esfínteres es correcto. Permite detectar una lesión esfinteriana previa. Utilizada sobre todo en el estudio de la incontinencia y en la valoración preoperatoria de pacientes previamente intervenidos de hemorroides, fisura o fístula complicadas.
El complejo esfinteriano esta formado por dos músculos que trabajan de forma complementaria:
- El esfínter anal externo o voluntario: es musculatura estriada. Es decir, tenemos control consciente sobre él. Podemos ordenarle que se contraiga. Es el responsable de que podamos “retener” un gas si por ejemplo estamos con gente, o demorar la deposición hasta encontrar un lugar adecuado.
- Esfínter anal interno o involuntario: es la musculatura del tubo digestivo. También llamada musculatura lisa. No tenemos control consciente sobre sus movimientos. Por ejemplo, no podemos impedir que las tripas “suenen” o que tengamos ganas de ir al servicio. Tiene una inervación autónoma. Se encarga del cierre del ano cuando no vamos pensando en cerrarlo. Por ejemplo, si caminamos por la calle.
La manometría mide dos valores básicamente:
- La presión de contracción máxima: al paciente se le pide que contraiga el esfínter con todas sus fuerzas. Con este valor, sabemos si el esfínter anal externo funciona correctamente o no. Los valores normales son de 80 a 120 milímetros de mercurio de presión.
- La presión de reposo: con el paciente en reposo de obtiene un segundo valor. Es la presión que ejerce el esfínter anal interno o involuntario. Los valores normales oscilan entre los 65 y 80 milímetros de mercurio.